En un reciente encuentro político, las tensiones escalaron significativamente cuando Marko Cortés, dirigente nacional del Partido Acción Nacional; lanzó una serie de acusaciones directas contra Claudia Sheinbaum, candidata a la Presidencia de México por el Partido de Morena.
En el corazón de estas acusaciones se encuentra una crítica al aparente apoyo que Sheinbaum recibe de figuras de alto perfil, incluido el actual presidente, así como de otros gobernadores de Morena, a quienes el político del PAN describe como los principales financiadores y operadores de su campaña.
“La señora Sheinbaum es una cínica sinvergüenza”, expresó el dirigente, argumentando que Sheinbaum critica la reunión del PAN con sus cinco gobernadores mientras ignora la influencia que su propio partido ejerce en el proceso electoral. Según el declarante, los gobernadores de Acción Nacional, a pesar de no ser perfectos, ofrecen gobiernos “mucho mejores” que los de Morena, lo que en su opinión se refleja en el apoyo popular.
La declaración se intensificó con acusaciones de corrupción y manipulación, sugiriendo que el equipo de Sheinbaum utiliza recursos federales para presionar a votantes, especialmente a adultos mayores, amenazándolos con retirarles apoyos si no votan por Morena. Además, se cuestionó la procedencia de fondos usados en la campaña de Sheinbaum y se aludió a controversias financieras involucrando a su familia en paraísos fiscales.
“Es cínica, corrupta y mentirosa. Y esto lo nota la gente”, afirmó el político, subrayando la necesidad de un escrutinio más riguroso y transparencia en la política.
Concluyó señalando un creciente temor en la población tanto por la inseguridad como por la posible pérdida de beneficios sociales, vinculando este miedo a la expansión del crimen organizado bajo las políticas actuales de Morena.
Este panorama electoral se desarrolla en un contexto de creciente polarización y acusaciones mutuas entre partidos, donde cada declaración y cada movimiento son meticulosamente examinados por el público y los medios.
